Una de las ocupaciones principales de los niños es la educación. El aprovechamiento del ambiente escolar es un reflejo de sus competencias como individuos. La mayor parte de los niños hacen lo que se espera de ellos a la edad que les corresponde.
Pero, en otros niños el aprendizaje no ocurre tan fácilmente; el niño parece incapaz de concentrarse o hacer una tarea y a pesar de todos los esfuerzos de los maestros y de los padres no aprende, originándose frustración y cansancio en todas las personas involucradas en su educación. Estos niños tienen necesidades educativas especiales.
Un niño tiene necesidades educativas especiales cuando manifiesta algún problema en su escolaridad que requiere atención específica y más recursos educativos de los habituales. Estos niños tienen problemas individuales muy variados, transitorios o permanentes, como déficit de atención, sensoriales o motores, así como hiperactividad, dificultades de lenguaje o de comunicación. Estos problemas suelen generar trastornos de conducta, emocionales y físicos, y dificultades en las relaciones sociales y de desarrollo.
Las dificultades para aprender interfieren con las tareas escolares. Como las mismas habilidades que se necesitan para dominar esas tareas son necesarias en otras actividades de la vida diaria, los niños también tienen dificultades en los juegos, para seguir reglas, hacer las tareas de la casa, vestirse, hacer mandados o seguir una pequeña conversación, es decir, si un niño tiene problemas para aprender en la escuela, frecuentemente tendrá dificultades en otras actividades de su vida diaria que alterarán las relaciones con los maestros, la familia y los niños de su edad.
Es educar juntos a niños con necesidades educativas especiales y sin ellas en el sistema de educación regular; es un proceso continuo y dinámico que posibilita la participación en los distintos espacios del quehacer social, escolar y laboral, con apoyos especializados, dando respuesta adecuada a dichas necesidades educativas.
Los objetivos de esta integración deben estar encaminados a promocionar especialmente el desarrollo de capacidades de relación social con los demás, es decir, a favorecer en estos niños la construcción y reconstrucción permanente de las metas de desarrollo humano integral y diverso, como son: autoestima, autonomía, creatividad, felicidad, solidaridad y salud. Con ello se logra la inserción y actuación en lo social, mejorando en gran medida las condiciones y formas de vida, no sólo del niño, sino de su familia.
La integración es un derecho, y no un deber extraído de normas escritas. La integración como principio, según el Ministerio de Educación Nacional de Colombia, es el reconocimiento del derecho a la plena participación de todos los seres humanos en la dinámica social, cultural, política, económica y educativa de la comunidad a la que pertenece, sin distinciones de ninguna índole.
Existe tanto el derecho a la educación como el derecho a una metodología adecuada según las necesidades individuales, por lo que el educador integrador necesita formación y capacitación básicas en educación especial.
Los alumnos con necesidades educativas especiales requieren apoyo para participar, pertenecer y permanecer en la escuela regular.
La sociedad tiene necesidad de integrar a las personas con necesidades educativas especiales, puesto que una sociedad justa no excluye a los suyos, pero a la vez debería ser evidente que la sociedad debe adaptar los medios y condiciones de vida a las necesidades de las personas.
El educador es un elemento central en el proceso de la integración escolar: si no se capacita, si no tiene actitud favorable, voluntad y motivación, cada proceso fracasará; además, requiere apoyo de un equipo multifuncional calificado y participación de la familia en dicho equipo para estar al tanto de cuánto se le puede exigir al niño y cómo se puede apoyar.
La integración escolar no es una acción de integración física, sino un proceso gradual, en el cual hay que preparar tanto al niño como al educador y a toda la comunidad educativa, preparación paralela a la participación de otros profesionales del área de la salud.
No todos los niños con necesidades educativas especiales son susceptibles de integración escolar, por lo que requieren educación especial, lo que no significa segregación, sino educación especializada y personalizada, que puede ofrecer más que la educación regular.
Es fundamental proveer de servicios y recursos especiales a los institutos que integren alumnos con necesidades educativas especiales, en función de las necesidades que éstos manifiestan y de las propuestas educativa y curricular. Dichos servicios (profesorado de apoyo, psicopedagogía, especializaciones, profesorado de centros especiales, etcétera) para cumplir su función integradora deben tener en consideración al conjunto del alumnado.
Flor Enid Macías
Profesora Instituto de Educación Física
Universidad de Antioquia
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