Por: Lina María Martínez Fonseca
Coordinadora Editorial de la revista Crianza & Salud
Con el auge de las redes sociales y ahora más que nunca que las circunstancias de la vida nos llevaron a estar confinados y a pasar más tiempo “libre” en casa, muchos padres encuentran en este tipo de medios de comunicación una forma de distensión y entretención, y una de las prácticas más comunes es la publicación de fotos y videos de sus hijos; sin embargo, a veces ese uso de las redes se convierte en excesivo, pues no solo llegan a compartir imágenes, sino también todo tipo de información; una práctica que se le conoce como sharenting y que puede llegar a tener consecuencias graves.
¿Qué es el sharenting?
Es un anglicismo utilizado para definir el nuevo fenómeno de los padres que comparten imágenes de sus hijos en las redes sociales. Es un término que está formado por la combinación de dos palabras: share, que en inglés significa compartir, y parenting, que es un término que se atribuye a la acción de criar. Es, en otras palabras, una sobreexposición de los hijos en la red.
De acuerdo con los expertos en gestión de riesgos jurídicos y empresariales de ECIX Group, “el #sharenting es un término que describe la ciberconducta consistente en la publicación masiva de información y datos de los menores en Internet por parte de sus padres o familiares”, algo que se puede convertir en contraproducente, pues, según indica, “esta conducta pone en peligro diferentes factores de la vida del menor, entre ellos, su privacidad”.
Como sus datos y fotos quedan accesibles a cualquier persona, estos pueden ser usados para fines como la pornografía infantil, el acoso sexual de menores (grooming o ciberengaño pederasta), el ciberbullying (intimidación a través de las redes), o la suplantación de identidad. Por estas razones y más, los padres deberían tener en cuenta esta pregunta: ¿por qué debería pensarlo dos veces antes de compartir la vida de sus hijos en las redes sociales?
Es perfectamente entendible que los padres se sientan orgullosos de sus hijos y quieran mostrárselo al mundo, pero, como así lo indica la psicóloga clínica del Instituto de la Mente Infantil (CMI, por su sigla en inglés), Alexandra Hamlet, “una cosa es estar muy orgulloso de su hijo y mostrar eso, por ejemplo, en el refrigerador de la casa, y otra muy distinta es compartirlo en las redes sociales sin tener su consentimiento o discutirlo con él de antemano”, hay una gran diferencia entre esos dos contextos.
De hecho, aclara, incluso así los padres les pidieran permiso a sus hijos antes de hacer ese tipo de publicaciones, este es un tema bastante complejo, pues “es realmente difícil tener una conversación adulta con un niño sobre si quiere que sus cosas se publiquen para las masas cuando ni siquiera comprende realmente el alcance de una huella digital”.
¿Hasta dónde hay un límite?
Las redes sociales se han convertido en una herramienta útil para acercar a muchas personas en diferentes contextos de la vida: familiar, social, laboral, etc.; y son una vía para dar a conocer muchos aspectos de nuestro quehacer diario. Quizás podríamos pensar en: ¿qué hay de malo en compartir una inocente fotografía de nuestro hijo con el exterior? Las opiniones al respecto son diversas y divididas; no obstante, el problema realmente radica es cuando los padres llegan a divulgar demasiados detalles sobre sus hijos, incluso abriéndoles sus propias páginas, pero esto, si bien lo pueden hacer sin el ánimo de hacerles algún daño, puede finalmente terminar haciéndolo.
Y es que el sharenting no solo acarrea peligros para los menores en cuanto a la vulneración que estos tienen por la exposición de sus vidas, sino que, además, por el carácter permanente que pueden tener las fotos o información publicadas sobre ellos, esto también los puede afectar psicológicamente, perjudicándolos en su entorno social y familiar, ya que, en algunas ocasiones, los padres dan a conocer a través de las redes sus problemas de salud o de comportamiento, sus debilidades, sus gustos, sus circunstancias académicas, entre otros. De ahí que una publicación que para los padres puede resultar banal, para un niño en el futuro podría no serlo, pues podría interpretarlo como que sus padres violaron su intimidad o perjudicaron de alguna manera su honor.
Un ejemplo de ello se pudo ver en Estados Unidos, cuando una madre subió a su cuenta de YouTube® un video en el que saca la boleta de calificaciones de su hijo pequeño mientras este la mira ansioso y ella lee en voz alta las calificaciones dadas por los profesores a cada una de sus materias. Una tendencia que siguieron varios padres filmando las reacciones en tiempo real a las notas de sus hijos y publicándolas en línea. Estos videos lograron tanto comentarios positivos como negativos, los cuales fueron expuestos por los padres, pero lo que no tuvieron en cuenta, como así lo indican algunos expertos en psicología infantil, es que dichos comentarios pueden afectar de manera negativa a sus hijos, pues podrían causarles ansiedad, estrés, vergüenza, e incluso llegar a deteriorar la relación padres-hijos.
Este es un aspecto que claramente es un tema de preocupación para los expertos y así lo da a conocer el primer estudio que se publicó sobre este fenómeno, llamado: Sharenting: la privacidad de los niños en la era de las redes sociales, elaborado por la abogada estadounidense Stacey B. Steinberg y publicado en la revista sobre derecho Emory en 2016. Destaco aquí algunos apartes importantes de este estudio:
¿Cómo se maneja el tema en Colombia?
Según el Centro Cibernético Policial (CCP), entre los años 2012 y 2017 se reportaron alrededor de 39.417 casos de delitos informáticos en Colombia, de los cuales, el 72% correspondió a víctimas entre los 9 y 12 años de edad. Esto significa que los niños y adolescentes se catalogan entre los grupos altamente vulnerables y en gran riesgo de abuso y explotación sexual a través de las redes.
Por esta razón, es muy importante que como padres piensen muy bien antes de publicar una foto de sus hijos, y, más aún, si esta los muestra ligeros de ropa, pues es preocupante la facilidad con la que un pederasta o un pedófilo podría acceder a ella, descargarla de su perfil y emplearla para cualquier objetivo ilícito, como la pornografía infantil por ejemplo.
Otro delito muy común que se da a nivel informático es la suplantación de identidad de un menor, y esto se puede dar gracias a que muchos padres les gusta documentar absolutamente toda la vida de sus hijos en las redes (datos de cuándo nació, lugar de nacimiento, nombre, peso, colegio al que asiste, hobbies, etc.), y, con ello, corren el riesgo de que personas inescrupulosas usurpen su identidad creando un perfil falso, usando su nombre y fotografías, y cometiendo así delitos como robos, fraudes, estafas, jaqueos, entre otros, en su nombre.
Al respecto, en Colombia el Ministerio de Defensa Nacional lleva a cabo estrategias de prevención frente a las modalidades de delitos informáticos, gracias al trabajo que realiza el CCP, el cual cuenta con varios grupos especializados para atender los casos de acuerdo con la modalidad de la transgresión informática, entre ellos, el grupo investigativo de delitos contra la pornografía infantil y otros abusos en Internet. Mayor información en: https://caivirtual.policia.gov.co/
Cinco preguntas para hacerse antes de hacer publicaciones
Antes de publicar información o fotos de sus hijos en las redes sociales recuerde que todo lo que se sube a estas no queda completamente en privado y se puede volver permanente, pues, por más de que utilicen configuraciones de privacidad, siempre existirá el riesgo de los hackers, de formas de evitarla (como por medio de capturas de pantalla) y de que al eliminar, no desaparezca por completo de la red.
Al respecto, la Academia Americana de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés) les sugiere a los padres hacerse estas cinco preguntas antes de compartir algo de sus hijos en Internet:
Pautas a tener en cuenta a la hora de publicar
Como es prácticamente imposible evitar que los padres divulguen algún tipo de información de sus hijos en las redes, lo mejor que pueden hacer es tener en cuenta algunas recomendaciones para ello. La Asociación de Internautas da ciertos consejos para guiar a los padres sobre la manera de tratar la información e imágenes que publican, así:
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