“Tú, cierra los ojos y abre bien la mente”.
Frase de la película Un puente hacia Terabithia (Director: Gábor Csupó, 2007).
En pediatría, como en casi todas las ramas y especialidades de la medicina, nos encontramos con enfermedades y entornos sociosanitarios muy sensibles para pacientes, familiares y profesionales. En estos entornos sanitarios es posible no solo prescribir sofisticadas pruebas diagnósticas y modernos tratamientos, sino también prescribir películas (antiguas y actuales) que ayuden a comprender la enfermedad y los enfermos, a humanizar la atención, a mejorar el duelo y a profundizar en la relación entre los profesionales de la salud y los pacientes.
La prescripción de películas puede orientarse a muy diversos receptores: a estudiantes de Medicina, a residentes de Pediatría (y otras especialidades), a los propios especialistas médicos y a otros profesionales del área de la salud. También podrían ‘prescribirse’ a familiares de los niños enfermos e, incluso, a los propios niños o adolescentes (sanos o enfermos), estudiando muy bien el objetivo que se pretende en cada receptor, para que el mensaje positivo llegue correctamente.
Porque, al igual que cualquier medicamento que tiene indicaciones y contraindicaciones, condiciones de uso, interacciones y efectos adversos, así mismo, una película debe mirarse con los mismos ojos. No consiste solo en prescribir, sino en prescribir bien. No consiste en recetar, sino en hacer un buen uso de aquellas películas con alto valor humano, afectivo y emocional, por sus enseñanzas: en este caso hablamos de las que hemos denominado como películas ‘argumentales’.
No todas las películas serán válidas para todos los potenciales espectadores, por lo que debe ser un tema que se maneje con la prudencia, ciencia y conciencia que se merece, teniendo muy presente (en el caso de que nos dirijamos a familias y pacientes) la fase de la enfermedad y el estado de ánimo. ‘Prescribir’ películas no es ninguna novedad, pero sí es un acto poco utilizado en la práctica sanitaria. Por ello, abogamos el proyecto Cine y pediatría, que nació en el año 2010 en el blog Pediatría basada en pruebas, y que se hace presente en diferentes libros, recopilaciones anuales de estos pos semanales en el blog, así: en el año 2012 se publicó Cine y pediatría 1, en el 2013, Cine y pediatría 2; en el 2014, Cine y pediatría 3; y en este año ha aparecido Cine y pediatría 4, pero la familia continúa creciendo, pues Cine y pediatría 5 ya está escrito y el 6 está en marcha. Nada mejor que indicar algunos ejemplos, con sus emociones y reflexiones asociadas, de películas prototipo, para abrir un debate y un cine fórum sobre los aspectos relacionados con el cine, la ciencia y la conciencia que atesoran:
– Ejemplo de película para prescribir en la Facultad de Medicina a nuestros jóvenes estudiantes: El doctor (Randa Haines, 1991).
– Ejemplo de película para prescribir en la Residencia de Pediatría a nuestros residentes: Patch Adams (Tom Shadyac, 1998).
– Ejemplo de película para prescribir en la formación continuada en todas las profesiones de la salud: Amar la vida (Mike Nichols, 2001).
– Ejemplo de película para prescribir en el tema del embarazo en adolescentes: Juno (Jason Reitman, 2007).
– Ejemplo de película para prescribir en el tema del cáncer infanto-juvenil: Cartas a Dios (Éric-Emmanuel Schmitt, 2009).
– Ejemplo de película para prescribir en el tema de enfermedades raras: El aceite de la vida (George Miller, 1982).
– Ejemplo de película para prescribir en el tema de síndrome de Asperger: Mary and Max (Adam Elliot, 2009).
– Ejemplo de película para prescribir en el tema de malos tratos infantiles: El bola (Achero Mañas, 2002).
Y así muchos otros ejemplos, y en distintos campos de la pediatría, tanto en sus aspectos médicos como sociales: el síndrome de Down, el bullying, el trabajo infantil, la adopción, la educación, la enfermedad psiquiátrica infanto-juvenil, la parálisis cerebral infantil, la pederastia, entre otros.
Porque el cine es una herramienta docente, en la salud y en la enfermedad, de contrastada solvencia. Porque es posible mirar el cine con otros ojos y, como dice el subtítulo de este proyecto de Cine y pediatría, es “una oportunidad para la docencia y para la educación en nuestra práctica clínica”.
Para obtener más información al respecto, puede consultar en: www.pediatraalicante.es/tienda/
Por: Javier González de Dios
Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Alicante y Departamento de Salud Alicante-Hospital General
Profesor del Departamento de Pediatría de la Universidad Miguel Hernández
Autor de los libros: Cine y pediatría 1, Cine y pediatría 2, Cine y pediatría 3 y Cine y pediatría 4